Just Another Wall

El maratonista


Te has metido solo en esto, muchacho,
pero tu lentitud nos angustia a todos.
Después de tantos kilómetros, se acabaron tus fuerzas,
pero todavía insistes en llegar a donde ya no importa.
Esto ya no tiene sentido, no abuses
de nuestra piedad: anda a tu casa
y comprende que alcanzarte una esponja con agua
fue lo único que pudimos hacer por ti.

(Pero ama al niño que cree que puede
lanzar su energía como un rayo al centro de tu cuerpo
y a la vieja
que se santigua como si viera pasar un santo lastimado)

Tus piernas son cada vez más pesadas.
Conozco cómo es eso: también sé
lo que es ansiar desesperadamente aire
para durar un poco más.

Al dar la curva encontrarás una calle solitaria.
Cambia el paso allí, disimula tu fracaso y camina
lentamente
pisando las hojas amarillas de la morera
como hago yo cada día, ya libre de toda competencia.

José Watanabe


Encontré este poema en los muchos borradores de mi blog. Recuerdo exactamente la necesidad de conservarlo que tenía en esos momentos… ahora que estoy a punto de terminar un proceso que no salió del todo bien.  Levanto con fuerza esa fatiga recurrente y acumulada que llevo a mis espaldas. Ya por fin podré soltar está carga que tanta vida se me ha llevado.

No es muy frecuente que publique algo que no haya escrito yo. Pero eso pasa con los poemas… algunos se vuelven tan tuyos o simplemente te conviertes en parte de ellos.

2 comentarios

  1. Hola

    😘

    26 octubre, 2018 en 10:45

    • Hola

      Sé que eres una persona muy fuerte pero no está mal sentirse triste y llorar el tiempo que tu cuerpo te lo pida, porque de esa forma también nos sentimos vivos. «La tristeza es la cara negativa del sufrimiento, mientras que el placer es la cara positiva».

      Gracias por visitarme en mis sueños, te quiero.

      26 octubre, 2018 en 11:00

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